INGREDIENTES:
MODO DE PREPARACIÓN:
1. En una cacerola calienta tres cucharadas de aceite de oliva y añade la zanahoria y la cebolla bien picadas. Cuando la cebolla esté bien dorada añadimos la carne y dejamos que también se dore. Entonces echamos el vaso de vino y dejamos que se evapore. Tras esto, añadimos los tomates de lata cortados en dados y sin pepitas (en verano, claro, pueden usarse buenos tomates maduros) y dejamos cocer la salsa durante media hora, salpimentando al gusto.
2. Mientras se cuece la salsa boloñesa podemos hacer la bechamel. En una sartén derrite la mantequilla y añade la harina. Sin parar de remover en ningún momento ve añadiendo leche caliente hasta que la salsa comience a hervir. Añade la sal, reduce el calor al mínimo y cocina durante unos veinte minutos, en los que debes estar encima removiendo para que no se formen grumos. Sazona con una pizca de pimienta.
3. Hierve la pasta en agua hirviendo con sal y ve colocando las láminas sobre un trapo. Es muy importante que no se toquen, pues se pegarán entre ellas.
4. Ahora llega el momento de montar la lasaña. En una fuente apta para el horno unta la base de mantequilla y cubre la base con una primera capa de pasta. Añade una capa de salsa boloñesa, otra de bechamel, espolvorea queso rallado, pon un poco de mantequilla y otra capa de pasta. Continúa con la operación hasta que utilices todos los ingredientes, pero corona la lasaña con una capa de carne, bechamel y queso (no con la pasta, como suele ser habitual).
5. Introduce la lasaña en el horno y cocínala a 180 grados durante media hora.