Recipiente, habitualmente de barro, de grandes dimensiones donde se adoban lomos, cabeceros, pancetas, papadas o barbadas y costillas, donde permanecían en torno a 8 días. A mitad de los cuáles se voltean las piezas (las de arriba a parte inferior y viceversa) para conseguir homogeneidad, excepto las costillas que permanecen siempre arriba.